ENOCEP - CENMA

01 de diciembre de 2022

La Escuela Nacional de Organización Comunitaria y Economía Popular (ENOCEP) es un espacio de formación con el objetivo de fortalecer a los movimientos populares contribuyendo a la formación de trabajadores y trabajadoras de la economía popular, dirigentes y militantes. Es una inicitativa del Movimiento de Trabajadores Excluídos MTE.

Actualmente existen Cinco sedes en San Martín de los Andes (Neuquén), Isla Silvia (Tigre, Buenos Aires), Tilcara (Jujuy), Puerto Libertad (Misiones) y Refugio Libertad (Córdoba) donde se ofrecen cursos de formación profesional en oficios, trabajo, organización comunitaria y economía popular. El lugar donde se desarrollan los cursos importa, es por eso que las sedes se ubican en lugares hermosos que tiene nuestro país, pero que lamentablemente muchas veces se tornan inaccesibles para gran parte de nuestro pueblo excluido que vive mayormente hacinados en los costados de las urbes.

Desde su creación, más de 1.700 compañeros y compañeras se han formado en las escuelas nacionales.

Es importante remarcar la formación como un elemento central a la hora de comprender la realidad para poder transformarla y pensar así una patria sin esclavos ni excluidos, con tierra, techo y trabajo, con poder popular y justicia social.

Fuente: https://mteargentina.org.ar/enocep/

ENOCEP EN EL REFUGIO LIBERTAD

Su cede está localizada en el corazon del Refugio Libertad, edificio donde funcionaba el Casino de oficiales del Ex-Grupo de artillería 141.

Agustina Mayansky es Coordinadora Nacional de la ENOCEP. El proyecto nació en el año 2014, en tiempos acalorados de movilización y avance de los movimientos sociales en todo el país, consolidando marcos de unidad cada vez mayores. “Con la creación de la Central de Trabajadores de la Economía Popular, en el 2011 (hoy UTEP), surgió la necesidad de crear espacios de formación gremial dirigidos a compañeros/as que forman parte del sector de la economía popular”, dice Agustina, principalmente para “fortalecer la lucha por tierra, techo y trabajo”.

Se llama economía popular a los procesos que nacen de la exclusión sistémica, en los que son les excluides quienes tuvieron que inventarse su propio trabajo para sobrevivir, en diferentes rubros: cartoneros, textil, rural, sociocomunitario y de cuidados, construcción, espacios públicos, liberados. La UTEP, en este sentido, es la herramienta gremial que reconoce a este nuevo sujeto trabajador y lucha por el reconocimiento del sector para restituir derechos.

Matías Ruffener es militante en el Encuentro de Organizaciones e integra el equipo de coordinación de la ENOCEP Córdoba, la pata local del proyecto. Desde 2015, impulsaron cinco cohortes de la Diplomatura en Organización Comunitaria y Economía Popular, con la participación de unas 25 personas de todas las organizaciones de la UTEP. Allí se trabajan temáticas referidas a la economía popular y las actividades de las organizaciones y del sindicato, con la pretensión de brindar herramientas para que haya una mayor participación de les trabajadores en todos los espacios sindicales y de las organizaciones.

Tener en Córdoba una sede de la Escuela Nacional en el Refugio Libertad, con habitaciones y la infraestructura adecuada, “posibilitará complementar la escuela local, sumando la participación de quienes no pueden cursar en Córdoba capital, como les compañeres de la ruralidad y de otras localidades, y también que vengan y haya intercambio con otras provincias de esta región del país, como La Rioja, Catamarca, San Juan, San Luis”.
La ENOCEP cuenta actualmente con cinco sedes en el país que comparten una característica esencial: todas funcionan en lugares maravillosos por su riqueza natural, su historia, su valor productivo y simbólico. “Son espacios recuperados por nuestro pueblo. Por ejemplo, la primera sede está en San Martín de los Andes, en Barrio Intercultural, sobre tierras de propiedad comunitaria, producto de la lucha de los Vecinos sin Techo y la comunidad Mapuche Curruinca”. Una segunda sede está en una isla en el delta del Paraná en Tigre, “recuperada para la construcción de una casa comunitaria para trabajar adicciones”, comenta Agustina. Hay otra en Misiones y una cuarta en Tilcara, a los pies del pucará.

No es extraño que esta sede, entonces, esté emplazada en el Refugio Libertad, en medio de las sierras y a metros del río Los Molinos. “Es un espacio muy importante y simbólico para recuperarlo, transformarlo y garantizar que se habite de otra manera”, explica Matías. “Fue un lugar controlado por el ejército, usado con fines represivos y de terrorismo de Estado, que estuvo siempre cerrado a la vista de la población”. Se trata de recuperar ese recurso, esa infraestructura y ponerla al servicio de todo lo contrario, de procesos populares y de la formación de personas organizadas que multipliquen las propuestas de las organizaciones populares.

A su vez, las cinco sedes están en territorios y paisajes reservados, generalmente, a un pequeño porcentaje de personas que pueden pagar los costos de visitarlos. Así, la importancia de que trabajadores de la economía popular estudien en estos lugares, disfrutando de la belleza de estas tierras, cobra otro significado. “Todos los cursos y diplomaturas de las sedes nacionales de la ENOCEP incluyen momentos de turismo, visitas a lugares y comunidades locales”, narra Agustina.

“La riqueza de una formación excede los contenidos teóricos que desarrollamos en una clase”, continúa. “El lugar donde transcurren los cursos, conocer el trabajo de enorme valor social que hacen las organizaciones que recuperaron y compartieron un pedazo tierra para hacer las sedes, el intercambio entre distintos lugares y realidades a lo ancho y largo del país, son elementos que promueven la reflexión y favorecen la creación e intercambio de ideas”.

¿Por qué insistir con la formación en medio del colapso en el que vivimos? Matías piensa un momento y responde que a quienes participan de las organizaciones les mueve una profunda solidaridad. “Mucho de lo que hacemos tiene un origen muy desde el cuerpo, de rechazo ante una injusticia o ante la violencia”. La ENOCEP, entonces, es uno de los momentos donde pensar y ponerle un horizonte a ese movimiento corporal. “En este contexto complejo, donde todo está tan estallado, los momentos de reflexión son muy importantes. Hay mucha confusión, desinformación y mucha prisa. Necesitamos, más que nunca, bajar un cambio, sentarnos y pensar qué venimos haciendo, para qué y hacia dónde vamos”, agrega.

El contexto actual impacta fuertemente sobre les trabajadores de la economía popular. “El crecimiento acelerado del sector por la crisis que generó la pandemia hizo que los espacios de formación y debate se vuelvan muy necesarios, a la vez que las condiciones materiales para poder participar y conectarse se volvieron de más difícil acceso”, reflexiona Agustina.

“Este ejercicio es fundamental para pensar y actualizar nuestros objetivos” -explica- “El derrotero de los movimientos sociales está atravesado por un profundo y necesario debate con todos los sectores sociales para comprender los cambios que se dieron en el mundo del trabajo, producto de la crisis del capitalismo, un mundo que expulsa y excluye a cada vez más seres humanos”. Además, en palabras de Matías, en un momento donde el sindicato está todavía en construcción, estos espacios formativos brindan herramientas a les trabajadores para garantizar la democracia y la participación política.

Fuente:
https://latinta.com.ar/2021/07/escuela-economia-popular/
por Anabella Antonelli

CENMA

Desde el año 2022 funciona un Centro Educativo de Nivel Medio para Adultos (CENMA), dependiente del CENMA SMATA y con el aporte voluntario de docentes de los pueblos, en el que un número cada vez mayor de estudiantes vuelven al sistema educativo y a las posibilidades que la certificación de estudios les da. Asimismo se proponen espacios de formación en oficios, además de aquellos que hacen a las actividades propias de la organización.